domingo, 26 de agosto de 2012

Albergue de emociones rotas


Llego una noche fría de invierno un sentimiento extraño que nunca antes había sentido, amor dijeron y así empecé a conocerlo. Estuvo años en el albergue y se fue una tarde de otoño y no le pude decir adiós. A los días que se fue amor llegaron dos hermanas duda e inseguridad, ellas me acompañaron bastante a no estar solo aunque solo me dejaban estar con ellas.

Una noche mientras duda corría en la casa, inseguridad contaba chistes malos, nos sorprendimos cuando toco la puerta del albergue un señor de negro y enojado se llamaba odio, quien me enseño lo peor de la vida, la soledad. Poco a poco este señor se iba haciendo muy molesto y recuerdo que un día se escondió en un cuarto para que nadie lo encontrara, quería convencer a duda e inseguridad de que yo debía estar solo y cada día enojarme mas, les prohibió hablarme solo molestarme hasta que un día llego una señora muy simpática llamada esperanza y me dijo que el odio, la duda y la inseguridad estaban planeando dejarme solo y aislarme de todo. Ella me dijo ven a mi casa y con ella me fui.

Nunca más volví a ver a odio, duda o inseguridad como antes. Recuerdo que esperanza vivía con una su madre que se llamaba confianza. Confianza solo me decía la respuesta esta en vos y en nadie más que vos. Con el consejo de confianza y la esperanza de mi lado jamás había porque estar mal o si lo estaba no tendría que recurrir al odio, duda o inseguridad. Nuestro corazón es como un albergue de emociones y a veces es mejor ignorar algunas y darle un alojo aquellas que si lo merecen.   

No hay comentarios:

Publicar un comentario